¿Quién dice que el estilo tiene caducidad? Iris Apfel es una leyenda viva, una veterana de la moda que bien se merece que le dediquemos estas líneas.
Noventa y cuatro años, nacida en Estados unidos el 29 de agosto de 1921, decoradora de interiores y todo un personaje de la sociedad neoyorquina. Fiel a su época no le gusta la tecnología y así lo manifiesta abiertamente “Cualquiera que me quiera, puede encontrarme por teléfono. El correo electrónico y los móviles han hecho torpe y aburrida a la gente joven. Ya no saben cómo hablar y comunicarse”.
Curiosidades de la vida, y como bien dice el refrán “nunca es tarde, si la dicha es buena”, a Iris Apfel la fama le llegó a los 84 años tras ser la protagonista de una exposición en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York en 2005 (Iris Apfel: rara avis). ¡La expo
rompió moldes! Su peculiar gusto demostró que la moda era intuición y que combinar piezas de diseño con ropa de mercadillo no solo estaba permitido, sino que era una forma de triunfar haciendo caso omiso de los estereotipos.
Ya en aquel momento Iris no era una desconocida, su firma de textiles y diseño interior Old World Weavers contaba con clientes como Greta Garbo, Patricia Nixon y Estée Lauder y llegó a decorar la Casa Blanca para nueve presidentes, desde Harry S. Truman hasta Bill Clinton.
Para Iris no hay una fórmula matemática, el estilo es sobre todo actitud y no tiene nada que ver con la cantidad de dinero que posees. Su consejo es que debes conocerte, no importa lo bonita que sea una prenda si no te sientes cómoda en ella parecerá que la has tomado prestada. Tratar de copiar el look de alguien es una tontería. La moda forma parte de nuestra vida y todo influye en la moda, desde la atmósfera, la economía, o hasta la política. ¡Hay que tomársela en serio!.
A pesar de su edad, Iris se relaciona con todo el mundo en la industria de la moda, y por su experiencia se permite el lujo de opinar sin tapujos de los nuevos diseñadores, siendo siempre su consejo (aplicable a muchos otros aspectos de la vida):
“Vivir es la mejor inspiración. Y esta te llega de la gente, al leer libros, visitar museos, caminar por la calle, ver una obra de teatro, escuchar una canción. Nunca sabes realmente por dónde va a venir. Pero si algo está claro es que siempre tienes que moverte”
