Estos días ha salido a la luz un tema que nos ha llamado la atención: en EEUU empiezan a regular y controlar los contratos de las firmas comerciales con famosas blogueras, y una de las primeras que ha recibido un tirón de orejas ha sido la estadounidense de origen coreano Aimee Song, que ha firmado un sustancioso contrato con una firma de cosmética. Al parecer puede seguir representado a la firma pero debe dejar bien claro que se trata de un consejo promocionado, ¡vamos que te pagan por llevarlo!
¿Cómo es posible que se planteen en este momento de la película regularlo? ¿es qué esto no lleva haciéndose toda la vida? ¿qué diferencia hay?. Antes tenías que comprar una revista donde veíamos infinitas páginas de publicidad y donde las más cotizadas modelos, Cindy, Claudia, Kate, Naomi, Elle, Linda… lucían unas pestañas fantásticas, largas, abundantes y ese era su secreto para una mirada más profunda, auténtica … Luego te comprabas la misma máscara de pestañas y seguían exactamente igual por más que ponías la mirada profunda estas no cambian de tamaño o espesor 😉
En aquel momento facturaba la revista por la página completa, la modelo, el fotógrafo, el estilista, etc. ¿Y ahora? ¿factura una sola bloguera?
Los tiempos han evolucionado, la forma de comunicarnos también, las redes sociales son las protagonistas, y como no, la imagen de las divas también. Estas deben ser más reales, más cercanas al público. Ya no hace falta tener las medidas perfectas “90-60-90” y aquellos envidiados 1,78 cm de altura, ahora tenemos que mostrarnos como nuestro público, como el consumidor, pero ¿realmente creen que las publicaciones son espontáneas? ¿que no hay contratos millonarios de las firmas por medios?